Quitémonos años… No me refiero a que digan que tienen 30 cuando en realidad su edad es de 40 (y a veces hasta parecen de 50). Quitémonos años en la mente.
Hay personas muy inteligentes, hay personas muy dedicadas, hay personas muy formales, hay personas muy trabajadoras… pero el que es creativo, se las ingenia siempre para cumplir todo lo anterior. La verdad es que la creatividad puede llegar a ser una de las cualidades más valiosas en cualquier cosa. Me atrevo a decir que es, en efecto, la más valiosa y también la más divertida. De alguien (uno de los creativos más admirables que conozco) escuché que pensar como niño, imaginar como si tuviéramos 5 años, es la mejor manera de ser creativos, y la más efectiva.
Fue ahí cuando comprendí: «Sacar el niño que llevas dentro es mucho más útil de lo que imaginamos!!!», y es algo que, desgraciadamente, los adultos siempre olvidan. Crecemos y las cosas empiezan a darnos pena, nervios, estrés, inseguridad, desconfianza. Todo es «grave», todo es «muy importante», y no nos damos cuenta que le estamos quitando la diversión a las cosas.
Me ha tocado convivir con muchas personas en clase que me sorprenden mucho, no sé cómo lo logran. Entregan siempre los trabajos a tiempo, son expertos siguiendo instrucciones al pie de la letra (cosa que a mí me cuesta demasiado), organizan a la perfección su tiempo distribuyendo respectivamente obligaciones y pasatiempos, jamás procrastinan porque no quieren que «les agarren las prisas» (cosa en la cual sí soy experta), siempre están APARENTEMENTE en paz porque ya adelantaron todas sus obligaciones, no hacen una sola línea sin regla (aunque la regla sea su credencial), escriben sus notas con al menos dos colores distintos de tinta, y si cometen un error al escribir más vale arrancar la hoja en caso de que no haya corrector a la mano… de verdad me impactan, todo les queda bonito, en tiempo y forma. Es sorprendente. Pero de repente llega alguien y les dice, «haz ahora algo nuevo: actúa, dibuja, habla, expone, CREA, canta, baila, ríe, IMPROVISA». Entonces se quedan estupefactos con cara de «qué pedo este wey me está pidiendo que improvise, NO MAMES qué hago??? (no estudié ese tema, no lo preparé, no hice ningún borrador, no practiqué frente al espejo!!!!!)». Ok, corrijo, esas personas tampoco suelen usar muchas groserías en su vocabulario. Tal vez estoy exagerando, pero ser creativo es eso, innovar, experimentar, improvisar, y no importa si las cosas no salen perfectas, pero basta con disfrutar lo que haces.
La vida NO es tan seria como creemos que es, y las cosas no salen tan mal si hacemos un mapa conceptual sin regla, o tachamos los apuntes con rayones quitándole toda la limpieza a la página. Hay veces que con esas imperfecciones el trabajo es aún admirable, la gente es más capaz por lo que tiene en la cabeza que por lo ordenado de su cuarto o lo impecable de su apariencia. En otras palabras, el contenido creativo de tus proyectos vale más que los colores, el tipo de fuente y si agregaste o no números de página. CREEME! Y eso no quiere decir que seamos informales, mal-hechos e irresponsables. No quiere decir que perdamos los pies del suelo, quiere decir que las cosas se deben tomar más a la ligera, hay que gozar más y sufrir menos. HAY QUE PENSAR COMO NIÑOS, ser CREATIVOS, hacer garabatos abstractos, letra fea pero obras maestras, y así, darnos cuenta que la vida… NO ES TAN SERIA como creemos que es.
Manchémonos la ropa, que la pintura se quita.